El Halcón Peregrino: «Administrar la abundancia»: De López Portillo a López Obrador

 

En el pasado viernes 6 de diciembre en Huimanguillo, Tabasco, el director general de Petróleos Mexicanos, Octavio Romero Oropeza, confirmó al Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, el descubrimiento de un nuevo yacimiento en el pozo petrolero de Quesqui, con reservas por hasta 700 millones de barriles de petróleo crudo.

Romero Oropeza, agregó que el pozo Quesqui, actualmente es capaz de producir cuatro mil barriles de petróleo crudo diarios, que podría alcanzar hasta siete mil 500 barriles diarios, y que una vez que operen los once pozos del campo Quesqui, se producirían en 2020, alrededor de 69 mil barriles de petróleo crudo, y hasta 300 millones de pies cúbicos de gas.

Ahora bien, no cabe duda que la madre naturaleza y nadie más, sigue siendo generosa con México…

Tal descubrimiento trae a la mente, aquel «Tenemos que acostumbrarnos a administrar la abundancia», que pregonaba con jactancia el Presidente de México, José López Portillo allá por 1981, al descubrirse gran-des yacimientos de petróleo en el sureste de México…

Lopez Portillo, ordenó de inmediato que se aumentara la producción de petróleo y se dispuso a endeudarse más con el extranjero… Vendrían después la caída de los precios internacionales del petróleo, la devaluación del peso mexicano frente al dólar y una creciente e impagable deuda ex-terna en 1982…

El Imperio no descansa y no tolera que nadie se le quiera salir del huacal… Seguimos teniendo el problema de un subdesarrollo económico, industrial, tecno-lógico y dependiente del Imperio…

Con un mercado interno incapaz de generar los recursos financieros suficientes, que permitan superar tales problemas económicos, sin tener que recurrir a más endeudamiento externo…

El petróleo, como el dinero, tiene sus momentos para producirlo, para reservarlo, para almacenarlo, para procesarlo, para venderlo y para intercambiarlo, etcétera, siempre tratando de apegarse positivamente a las leyes económicas de la oferta y la demanda…

Tenemos que apostarle más a la petroquímica secundaria que a la básica, en tanto otras fuentes de energía limpia no se vuelvan predominantes (dicho sea de paso, desde el punto de vista de la ecología)…

También, desarrollar más el mercado interno y los sectores agropecuario, industrial y tecnológico, así como diversificar las exportaciones y sustituir las importaciones, a conveniencia del país…

Ya hemos sido potencia en la época prehispánica… Podemos y debemos volver a serlo, en la época de la «Cuarta Transformación»…

Salvo su mejor opinión, querido lector…

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