Playa Manzanillo “no es como la pintan”, opinan turistas

ACAPULCO, GRO.- La recién remodelada y recién abierta al público playa Manzanillo “no es como la pintan” expresaron turistas en el sentido de que algunos hablan muy bien de este lugar –que tiene el sello distintivo de ser incluyente-, y otros tratan de destruir su imagen sin siquiera haberla visitado.

Al fondo del también remozado Paseo del Pescador, Manzanillo es una pequeña playa que había estado abandonada y que albergaba escombros de embarcaciones y todo tipo de basura, y que además fue nido de vagos y malvivientes por unas 4 décadas.

Hace poco más de una semana fue inaugurada esta zona por autoridades estatales y municipales luego de la inversión de unos 80 millones de pesos, de acuerdo a lo que informaron en su momento.

Tras la reapertura, la promoción del sitio incluyó fotografías muy agradables sobre el lugar; sin embargo, en redes sociales comenzaron a atacar este lugar que fue calificado por internautas como feo, antihigiénico e incluso altamente contaminante.

Sin embargo, turistas que llegaron hasta este lugar en la primera parte de las vacaciones de Semana Santa, expresaron que se trata de un lugar, si no de primera, sí muy agradable y tranquilo con relación a otras zonas.

Señalaron, eso sí, que hace falta mayor y mejor limpieza en la arena, ya que aún hay pedazos de vidrios, madera y piedras que lastiman cuando caminan descalzos y en el mar se sienten las algas en los pies; “en otros lados de aquí mismo, Acapulco, se puede caminar sin zapatos o chanclas y la arena se siente muy suave, agradable, pero aquí aún hay basura que ofende”, expresó una de las paseantes.

“Yo creo que como esto apenas se abrió, falta que poco a poco se vaya componiendo con la limpieza diaria; lo bueno son los accesos, son muy cómodos incluso para los que andan en silla de ruedas porque no tienen ningún problema para transitar, ya que en la zona que viene desde el Paseo del Pescador no se permite la entrada a autos y eso hace que la playa esté tranquila”, dijo por su parte un turista de Cuernavaca.

En el lugar se observan a familias que traen su propia comida y bebida; algunos niños jugando alegremente debido a que las olas son inofensivas; «estamos muy contentos y no le tenemos miedo al mar», dijeron al respecto los hermanitos Dilan y Jade.

La ausencia de vendedores ambulantes es un detalle que a los visitantes agradó porque “podemos estar más tranquilos disfrutando del paisaje o viendo nuestros celulares, tomar selfies o leyendo”.

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