Insiste Jiménez Rumbo en acusar a Zeferino de asesino

* Sin aportar pruebas, lleva su caso a los medios a quienes informó que un juez falló en su contra y ahora tiene que pagar al ex gobernador casi seis millones de pesos * También acusa de corruptos a jueces y magistrados * Lleva a su esposa y una hija ante quienes lamenta: les quieren quitar su patrimonio

El ex senador de la República David Jiménez Rumbo acusó de corruptos a jueces y magistrados quienes, según él, forman parte de una red de corrupción comandada por el ex gobernador Zeferino Torreblanca Galindo, quien le acaba de ganar un juicio por daño moral y ahora tiene que pagarle casi 6 millones de pesos, de acuerdo a lo que informó en rueda de prensa.

Jiménez Rumbo fue demandado vía penal por Torreblanca Galindo, a quien había acusado públicamente de haber sido el asesino intelectual del ex diputado local Armando Chavarría Barrera, sólo basado en el dicho del malogrado político, quien le habría confiado que el entonces gobernador le retiró la seguridad, y que eso le hacía sospechar que lo querría asesinar.

“Zeferino Torreblanca es un asesino”, dijo en repetidas ocasiones frente a un numeroso grupo de comunicadores que llegó hasta el restaurante donde tuvo lugar el encuentro, y ante quienes aseguró que no iba a pedir la disculpa pública, que exige Zeferino, por lo que expresó que sería el primer mexicano al que le quiten su dinero sólo por decir lo que dijo: que Zeferino era un asesino, aunque sin aportar pruebas.

Jimenez Rumbo se hizo acompañar de su esposa y una hija mejor de edad -que portaba uniforme escolar- ante quienes lamentó que Zeferino les quiere quitar su patrimonio, pero que sin embargo acudirá a dos instancias legales que aún le quedan para revertir el fallo que ya tiene en contra.

Sin embargo, en otro momento dijo que Torreblanca Galindo sólo exigía una disculpa pública, pero que el juez, Lucio Felipe Ortega Vega, le ofreció que aparte le quitarían su patrimonio.

Aprovechó para arremeter contra el presidente del Tribunal Superior de Justicia, Alberto López Célis, así como a los magistrados Rafael Fernando Sadot Ávila Polanco y Julio Lorenzo Jauregui García, quienes forman, dijo, la red de corrupción que Zeferino “alineó” en su contra.

Como pocas veces, o más bien como nunca, a Jiménez Rumbo se le vio muy nervioso; de pronto saludaba a viejos amigos y daba muestras de seguridad, que enseguida se desvanecía.

Incluso quiso sumar a los comunicadores a su causa al señalar que si se falla en su contra por decir “lo que sé”, entonces el día de hoy iniciaría “un sistema mordaza” que alcanzará a los medios de comunicación.

También hizo un llamado al gobernador, Héctor Astudillo Flores, para que “revise a su Poder Judicial” (se supone que es otro poder y es independiente) y se desvincule de Zeferino Torreblanca, y que por otro lado, la Fiscalía continúe con el procedimiento legal en el caso Chavarría. Incluso quiso hacer unidad con la alcaldesa, Adela Román Ocampo, a quien pidió hacer oídos sordos a las críticas del también ex alcalde porteño.

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