Acabús, bienvenido al mundo de la chatarra

* Muy poco duró el sueño de tener un transporte de primer mundo en Acapulco * Unidades descompuestas, amontonamiento de pasajeros por la escasez de éstas e incomodidad porque el aire acondicionado ya no funciona, la nueva realidad * Operadores muestran actitudes hostiles con el pasajero

El Sistema Integral de Transporte (SIT), mejor conocido como ACABÚS, está resultando ser algo así como la venta de “espejitos” a los acapulqueños, esos que estábamos hartos de las chatarras en que se habían convertido los llamados “urbanos”, y que creímos que entrábamos al primer mundo en materia de transporte público desde su anuncio, primero, y luego con su llegada aquel 25 de junio de 2016.

En menos de tres años comenzó a verse su declive: fallas mecánicas constantes, suspensión del aire acondicionado en unidades que se supone siempre circularían con este servicio, y menos unidades trabajando en las rutas, sobre todo en la principal, a lo que hay que agregar un largo etcétera.

Y de repente parecía que eran problemas temporales; incluso su director, Carlos Romero Blanco, reconoció en abril pasado que de 130 unidades que operaban al principio, ya sólo lo estaban haciendo 100, pero que no era por problemas en la operación.

Decía que eran suficientes para cubrir la demanda diaria, y que la decisión de hacer este recorte se debía a una estrategia para ahorrar recursos económicos y no porque las unidades estén inservibles, como se rumoraba entre los pasajeros.

Pero entre los usuarios ya crecía la inconformidad: “se supone que cada cinco minutos debe pasar el de la ruta principal (Retorno-Oviedo) pero a veces he tenido que esperar 20 minutos o hasta media hora”, comentó entonces una señora que se identificó como Rosy, de la colonia Emiliano Zapata.

El mes pasado, señales de una crisis fueron expuestas ante el público cuando concesionarios del Acabús se manifestaron en la avenida Cuauhtémoc, frente al ayuntamiento del parque Papagayo, en exigencia de que el gobierno del estado les pague acciones y adeudos de varios meses atrás.

Meses antes había circulado una noticia en el sentido de que concesionarios estaban arrepentidos de haber confiado en este proyecto, ¿la razón?, porque no estaban teniendo ganancias, lo que sí ocurría antes cuando operaban el viejo transporte.

Esto puso nervioso a más de uno; se veía venir un problema económico de grandes dimensiones que la empresa, desde luego, no iba a reconocer oficialmente.

Para conocer alguna postura a la situación que prevalece se consultó el sitio oficial del sistema de transporte, que es acabus.gob.mx, y ahí se pudo comprobar que no sólo las unidades móviles no reciben mantenimiento oportuno, sino tampoco este portal web cuyo último comunicado fue publicado el 24 de julio de 2017.

SIGNOS DEL MAL

La decadencia del Acabús no sólo se palpa en las fallas mecánicas o en retrasos de las unidades, sino también en la actitud de los operadores que al principio eran un ejemplo de amabilidad, de cambio positivo; “se notaba la diferencia de los clásicos urbaneros, pero ahora ya manejan con descuido, como locos, y hasta parecen que llevan animales y no personas, sobre todo los que van para El Coloso”, manifestaron durante una entrevista a bordo.

Y en efecto, durante ese viaje se pudo observar cómo, los choferes de la ruta Coloso-Oviedo, en las estaciones o paradas ponen en marcha la unidad incluso antes de que terminen de cerrarse las puertas, lo cual puede resultar muy peligroso para los usuarios.

El mes pasado, quien esto escribe fue testigo cómo el operador de la ruta principal (Retorno-Oviedo) no quiso pararse en la estación frente al Seguro Social; pasajeros se molestaron y le reclamaron; lo peor fue que para regresarse no pudieron hacerlo en Cine Río porque tendrían que salir y pagar de nuevo para reingresar, por lo que tuvieron que irse hasta Soriana Cuauhtémoc, con toda la pérdida de tiempo que ello implica.

Ésta y muchas otras acciones hostiles han sido manifestadas por los choferes; los buenos modales, aprendidos al inicio de las operaciones de este “sistema moderno” de transporte, han quedado en el olvido; quizá porque las condiciones laborales han cambiado, quizá porque ya se cansaron de “portarse bien”, lo que realmente no está en su naturaleza, no está en su ADN.

“Brindar en la ciudad de Acapulco un Sistema de Transporte Integral que mejore y facilite la movilidad de los ciudadanos, ofreciéndoles un transporte eficiente, seguro, económico, cómodo y sustentable”, es la Misión de la empresa Acabús, según se lee en su portal, lo que claramente se ha dejado de cumplir paulatinamente.

Por su parte, su Visión consiste en: “Ser en el Estado de Guerrero el Sistema de Transporte más eficiente, económico, cómodo, seguro para los ciudadanos en los próximos años”, pero es precisamente a través de los años en que las deficiencias crecen a una velocidad en que parece no permitir el retorno, al menos no en el corto plazo.

Actualmente son muchas las unidades que han dejado de prestar el servicio con aire acondicionado, por lo que ya viajan incluso con las ventanas abiertas, igual que si se tratara de cualquier otro servicio urbano de transporte acapulqueño.

Sean cuales fueran las causas por las que esta crisis transporteril existe, no olvidemos que, desde su creación, el Organismo Público Descentralizado (OPD) Acabús manifestó tener entre sus obligaciones: “Contemplar políticas de mejoramiento de la infraestructura para la operación funcional del Transporte y la vialidad”, lo que claramente está incumpliéndose.

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