El gobierno sin política de protección animal

* Existe una ley pero no se aplica * «Ya no pedimos que amen a los animales, pero sí que los respeten», expresaron animalistas * Gatos y perros son envenenados, quemados y desaparecidos, tanto en mercados como por sus propios dueños * No hay presupuesto para este rubro: Semaren

La Ley de Bienestar Animal es letra muerta. En la práctica, todos los días las escenas de maltrato a mascotas tanto por sus propios dueños como por personas ajenas en la calle o en los mercados, sobre todo, se han convertido en algo cotidiano que no conmueve a la colectividad y que no importa a las autoridades encargadas de sancionar estas actitudes.

Familias que primero aceptan adoptar un gato o perro porque pequeños se ven muy bonitos y que después ya no los quieren porque no quieren la responsabilidad de asearlos, alimentarlos y de procurarles salud, generan que estos animales terminen en la calle o sacrificados.

Hay muchas formas de maltrato a estas y otras especies.

Debido a lo anterior, animalistas de varios municipios de Guerrero exigieron en Acapulco a las autoridades estatales la aplicación de la Ley de Bienestar Animal ante los más de mil casos de violencia registrados en la entidad en lo que va de este año.

El grupo de manifestantes, reunidos en las instalaciones del Parque Papagayo, estuvo compuesto por organizaciones defensoras de los derechos de los animales, rescatistas independientes y activistas de Iguala, Chilpancingo, Taxco y Acapulco.

Denunciaron, ante el titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semaren), Arturo Álvarez Angli, y el personal de la Procuraduría de Protección Ambiental (Propaeg), que el problema de maltrato y sobrepoblación animal ha alcanzado cifras alarmantes en los últimos cinco años y que se intensificó en el 2019. 

Durante la reunión, la rescatista Almarina Navarrete señaló que, con actividades y la inversión de recursos económicos propios, la sociedad civil está haciendo el trabajo que le corresponde al Estado.

Sin embargo, alertó que pronto será insostenible este movimiento porque el presupuesto individual y grupal voluntario no puede equipararse al impacto de la inversión del gobierno para atender tantos casos de abandono e irresponsabilidad en que incurren los humanos. 

NO HAY DINERO PARA ESO

El titular de Semaren, Álvarez Angli, reconoció en su momento que el trabajo de los animalistas es una aportación valiosa, pero que el tamaño del problema en este momento es muy grande y por lo tanto difícil hasta para los gobiernos. 

Dani Mustieles, del Albergue Pie de la Cuesta, propuso implementar un proyecto de bienestar animal regionalizado que incluya el  presupuesto para lograr que la gente respete a todos los seres vivos; «todo esto tiene muchos años intentándose y sigue pendiente la inversión oficial para hacerse realidad». 

Aseguró que la proximidad social garantiza resultados favorables porque logra la sensibilización. 

El funcionario justificó que el gobierno no ofrece dinero ni para combatir incendios forestales o reforestaciones, que «son cosas mucho más graves» y que no podría comprometerse a apoyar en esta tarea de protección animal a un año de finalizar la administración. 

Ángeles López Lozano, representante de la Fundación de Apoyo a Comunidades Marginadas y sin Voz, dijo que «lo que sufre este grupo sin voz, que son los animales, ha superado las acciones que están llevando a cabo las sobreprotectoras; hay una sobrepoblación y maltrato de años sin atender». 

Algunas de las asistentes informaron que los casos de rescate de los estos seres ascienden por lo menos a cinco por semana en estos municipios, mientras los registros sumados a través de testimonios, denuncias y exposiciones en las redes sociales, suman alrededor de un millar en este año. 

«Ya no pedimos que amen a los animales pero sí que los respeten», expresaron. 

Citaron que en el puerto en la mayoría de las colonias y mercados los gatos son envenenados, quemados y desaparecidos; «en el Mercado Central y en los lavaderos públicos del Barrio de La Fábrica van a tirar animales que terminan muertos». 

Solicitaron a Arturo Álvarez la implementación del número de Emergencia Animal 911  y la colocación de 500 lonas que adviertan a los ciudadanos que la ley está en vigor y, que de lastimar animales serán sancionados, a lo que respondió que la institución puede entregarles sólo 5 lonas.

Finalmente consideraron que la intervención de la Secretaría de Educación Guerrero (SEG) para integrar programas de prevención de violencia animal desde los niveles básicos sería el inicio del respeto a esta  forma de vida  que ofrece compañía y afecto a muchas personas. 

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